Causas y factores para evitar la aparición de ampollas

Causas y factores para evitar la aparición de ampollas

Causas y factores para evitar la aparición de ampollas

Te habrás preguntado más de una vez, cuáles son las causas que pueden provocar las rozaduras o ampollas en los pies. En People Sapiens te ayudamos a desvelar estas causas y algunos factores más, para que puedas combatirlas:

1. Exceso de humedad.
2. Exceso de temperatura.
3. Exceso de fricción.

Hablemos en detalle de estos puntos:

1. Exceso de humedad: Ya sea porque padeces hiperhidrosis, por cruzar un riachuelo, por la lluvia…etc, tener el calcetín mojado o con un alto porcentaje de humedad, va a acabar reblandeciendo la piel perdiendo así su estado más terso. Es en este momento, cuando pueden aparecer con mayor facilidad las ampollas, ya que, al no estar la piel tan tersa o firme, aumenta el movimiento entre el conjunto pie-calcetín, provocando una mayor fricción. Por este motivo, es muy importante que el calcetín te ayude a regular el exceso de humedad con tejidos de una elevada transpiración y secado rápido.

2. En cuanto a la temperatura, pueden ser varios los factores los que provoquen el aumento térmico en la zona plantar, entre los cuales, destacamos:

• La meteo (existe una gran diferencia entre correr por asfalto a 35ºC o a 15ºC)
• El tipo de firme sobre el que practicas el deporte, ya que, dependiendo de este, la irradiación de temperatura puede variar mucho (asfalto, hierba, tierra, arena…)
• La modalidad deportiva que practicas implicará más o menos stress al pie (runnig, padel, ciclismo, senderismo, trail)
• La duración de la actividad (un partido de tenis de 1 hora o de 3 horas)
• Por último, el tipo de calzado (piel sintética o piel natural, malla de más o menos transpiración, con o sin membrana impermeable…)

3. Para finalizar, tenemos el exceso de fricción, que posiblemente sea la peor causa de todas. La fricción entre el conjunto

pie-calcetín-calzado, debe ser siempre la menor posible ya que solo la fricción, va a provocar una irritación de la piel, pero además va a conseguir que aumente la temperatura (punto 2) y este aumento de temperatura, acaba provocando más sudoración (punto 1) por lo que, si no cuidas al punto 3, acabarán apareciendo el 1 y el 2.

Con toda esta información, seguro que, si te ponemos ante dos situaciones iguales, pero con algunas diferencias, sabrás escoger la menos perjudicial para tus pies:

Ejemplo 1: carrera por asfalto, 42 km, 37ºC, 14.00 horas, humedad relativa del 60%, calcetín de algodón, zapatillas de tenis (seguro que has visto correr a alguien con calzado que no era de running).

Ejemplo 2: carrera por asfalto, 42 km, 15ºC, 9.00 horas, humedad relativa del 30%, calcetín técnico, zapatillas de running con buena ventilación.

¿A que no te hace falta ayuda? Pues a pesar de todo esto, todavía existe la posibilidad de sufrir las molestas ampollas. Ahí van unos consejos para seguir reduciendo las posibilidades:

1. Escoge el calzado más adecuado, no el más caro. Por ejemplo, no es necesario (ni aconsejo) comprar unas botas de Trekking con membrana impermeable para hacer el Camino de Santiago en verano. Las botas tienen más peso, son más rígidas y van más reforzadas (todo esto va a provocar más fricción, temperatura y mayor sudoración) si además son con membrana tal y como hemos mencionado, la transpiración se va a ralentizar bastante, aumentando así la temperatura y la humedad en la piel y el calcetín. En caso de lluvia, si no llevas una buena chaqueta y un buen pantalón impermeable, van a acabar mojándose las botas y tardarán más en secar, por lo que vas a tener los pies mojados más tiempo
2. Ajústate bien el calzado para evitar el movimiento interno del pie y así la fricción (puedes ver diferentes formas de atado). Cuando te ates las zapatillas o las botas, deja el pie en el suelo apoyando toda la planta. Ese simple gesto que hacemos de apoyar el pie en un escalón, piedra o tronco para anudarnos el calzado, propicia que se cree un pequeño hueco entre el talón y la base del calzado, traduciéndose después en fricción.
3. Dale la importancia que se merece a comprar un buen calcetín. Es lo que va a estar en contacto con la piel, protegiéndote del sudor, de la fricción contra el calzado y mejorando la ventilación del pie, disminuyendo así la temperatura.
4. El calcetín al igual que el calzado, ha de ser de la talla correcta. Un calcetín holgado, creará más fácilmente arrugas y con ello roces. Los refuerzos de protección no quedarán en el sitio anatómico para el que están diseñados.
5. Si se te mete alguna piedrecita o tierrecilla en el calzado o en el pie, para a quitártelas. En caso contrario provocarás un exceso de fricción con un final que ya conoces.

Esperamos haber resuelto algunas dudas y para cualquier consulta sobre el material adecuado, ya sabes que en el equipo People Sapiens estaremos encantados de ayudarte.